domingo, 6 de abril de 2014

Curiosamente

Era se una vez una señora viviendo en un balcón donde dormía viendo la luna y veía cada amanecer. Donde soñaba, comía, meaba y a veces follaba. Una señora que no tenía muy claro dónde vivía pero sabía que algún día iba a salir de donde fuese. 

Sus únicas vistas las cortinas del salón de los vecinos y frente al balcón, un edificio blanco que en verano daba sombra. 

Veía ventanas, alguna carretera y gente que a veces subía o bajaba las persianas. Pedazos de mierda de los demás. 

Veía llover y se mojaba.

Un buen día quiso saber cómo era la habitación de cada una de las ventanas que veía desde su balcón y ahora está muerta.