miércoles, 20 de marzo de 2013

Teoría de la religión.

No sé por dónde comenzar. No sé cómo comenzar. Pero de alguna forma habrá que hacerlo...

Antes de nacer lo sabemos todo, absoluta y completamente todo. No es que seamos bebés superdotados o algo así. No, que va. Pero lo sabemos todo.
Antes de nacer existimos en un previo de lo que luego será tu vida tal y como actualmente la disfrutas o sufres. Antes de nacer no somos nada y lo somos todo. 
Pasamos horas y horas en un inconmensurable espacio blanco en el que, como muchas películas de ciencia ficción nos han enseñado, nos cuidan y alimentan a partir de millones de tubos, células y cápsulas. Allí desarrollamos lo que luego será nuestra vida. 

Verás. 

Antes de nacer lo sabes todo. Te dejan libre en un Mundo completamente vacío y te invitan a imaginar lo que será tu vida. Qué harás. Qué serás. A qué te dedicaras. Cómo será tu casa, tu familia, tus hijos, la persona con la que compartas tu vida e incluso cómo serás tú mismo. Te dejan elegir el color de ojos, de pelo, las manos, los dientes y tu forma de hablar. 
Vives una vida basada en tu imaginación, en tu forma de ser antes incluso de ser... De hecho, incluso naces y elijes como serán tus padres, la enfermera, el doctor, el hospital o la cuadra. 
Antes de nacer vives aproximadamente unos ciento cincuenta años. -Eso tratándose de que quieras vivir tanto- ya que también puedes suicidarte y elegir como hacerlo.
Podría continuar contándote las miles de cosas que podrías llegar a hacer y de hecho, haces. 
Imagina ser Dios y que tu creación no dure siete días. Dure ciento cincuenta años. 

Guerras, hambre, desolación, enfermedades, muerte, lluvia, deseo, amor, justicia, paz, riqueza, pobreza e indiferencia. Son algunos de los cientos de posibles que puedes llegar a imaginar.

Y un día, sin más, se acaba y tus deseos más banales se desvanecen. Tus sueños mueren y junto a ellos, tu cuerpo viejo y arrugado en una bañera apestando a colonia barata -si es que así decidiste morir-. 

Una de las miles de millones de cápsulas de aquel espacio blanco se abre y tú de ella apareces y deslizas hasta caer al vacío... Desapareciendo. Olvidando todo lo que decidiste vivir.

Nueve meses después naces fruto de una relación y comienzas de nuevo a vivir. Esta vez, sin saber qué y cómo pasarán las cosas en tu vida. Esta vez sin saber si quiera cómo te llamas, por qué lloras o si existes.


Pero... ¿Y aquellos recuerdos? ¿Aquella vida que nos permitieron vivir y elegir?
Pues bien; Lo que llamáis vida pasa a formar parte de un cúmulo casi infinito de posibilidades, números, cifras, acciones y resultados. Como una especie de Mundo irreal donde tus hechos, tus decisiones e imaginación, ahora es una más entre siete mil millones. 
Más o menos así es como funciona: Ese "mundo" está directamente relacionado a una máquina llamada destino. Esa máquina toma cada millonésima de segundo parte de la vida de una persona y la aplica al Mundo real.

Para que lo entendáis. Si el destino decide en un momento determinado seleccionar la vida de una persona que imaginó un huracán en la costa oeste de Estados Unidos y en menos de cinco segundos no ha podido seleccionar la vida de otra persona que fue capad de imaginar que era capad de predecir un huracán, muy probablemente, ese huracán tarde o temprano existirá en el Mundo real.

Y más o menos así ocurre con todo. Si decidiste que te tocaría la lotería, tal vez alguien también eligió dar un premio de la lotería y ahora estés disfrutando de tu suerte en el "azar".

Aunque como ocurre siempre, no todas las personas son buenas y a veces hay quien imagina una vida en la que todos somos ciegos, sordos o sufrimos enfermedades degenerativas y claro, tarde o temprano hay a quien, sin haberlo elegido en su vida, le toque sufrir lo que otro imaginó. Pero al fin y al cabo, todo es culpa del "destino" y el ser humano no merece ser culpado por las atrocidades que imagina, pues no sería justo ya que a todos nos dieron esa oportunidad de imaginar una vida mejor.

A esta teoría se le han ido sumando preguntas y respuestas de todo tipo. Por ejemplo:

-¿Qué es un déjà vu? Algo que el ser humano se ha estado preguntando a lo largo de los siglos y para lo que esta forma de creación tiene la respuesta. 
Un déjà vu es la ínfima posibilidad de que algo (cualquier cosa) de las cientos de miles que imaginaste en tu vida antes de nacer, por decisión del "destino", ahora pasan en la vida real. De ahí que... un déjà vu es algo que ya has vivido porque ciertamente lo has hecho.

-¿Existe Dios? La respuesta es si. Existe. Dios fue el error que supuso que esta forma de creación no volviera a errar nunca jamás. 
Dios pudo sobrevivir a ellos (los jefes, la existencia divina, lo inexplicable pero aceptable) más de ciento cincuenta años. Y lo llaman Dios porque hace dos mil años hubo un grupo de personas que decidió escribir un libro llamado la Santa Biblia en el que hablaban de algo parecido a esto en el que la creación la realizó un tal "Dios". Por eso, quien supervisa todo, decidió llamar a su propio error... Dios.
Como ya he dicho, Dios pudo sobrevivir más de ciento cincuenta años y decidir que nunca quería morir. Actualmente sigue vivo, en aquel lugar blanco, dentro de una cápsula y continua imaginando como es su vida. No quiero imaginar cuanta información y posibilidades aportará Dios al destino cuando decida morir. No quiero y espero, haber muerto antes.

-¿Por qué existe "la historia"? La historia es la memoria del destino. Al principio, cuando ellos decidieron comenzar este experimento basado en matemáticas, destino y dos mundos, el real y el imaginario, las gentes que se sometían a su vida previa a la real, lo desconocían todo. No tenían referencia alguna de como sería la vida, como serían ellos. De hecho, aún hay quien no es capad de imaginarse como ser humano y nace animal o planta. Poco a poco, los primeros seres "humanos" se imaginaron como monos y fueron evolucionando con la ayuda de lo poco que sus antepasados más animales dejaban sobre la memoria del destino. Tomaban esas cosas como referencia y evolucionaban. Miles de años de experimento después, algunas de esas personas pudieron llegar a imaginar cosas que nadie había sido capad de imaginar antes y gracias al destino, en el Mundo real, esas cosas existieron. A aquellos seres los llaman "inventores". 
La historia es entonces, algo que se completa día a día y que nosotros tomamos como referencia para imaginar en nuestra primera vida. Así pues, cada vez es más complejo y avanzamos a pasos agigantados.

-¿Por qué entonces solo vivimos de los ochenta a los cien años como máximo? Eso no es del todo cierto, pues hay quien es capad de vivir mucho más, sobre todo gracias a la ciencia y a la imaginación de algún que otro humano. Pero el destino tan solo es azar y el número de probabilidades de que nazca alguien y muera una persona mayor es muy elevado. Por eso cuesta tanto sobrevivir a partir de los ochenta años; las probabilidades de que mueras aumentan y contra eso apenas puedes luchar.


Esas son las cuatro preguntas que más veces me he hecho desde que comencé a imaginar una forma de creación tan "perfecta" como ésta. En la que decide el destino y la existencia de Dios está posiblemente demostrada. Tan solo me queda descubrir quienes son esos seres superiores a todos nosotros y que idearon este algoritmo de forma y creación. 
El día que lo descubra me habré completado a mi mismo y entonces, podré morir. Entonces, morirá Dios.

Comencé y terminé con una teoría que me da vueltas a la cabeza día y noche pero que jamás había escrito.

Espero que no pase desapercibida y pienses en ella al menos lo que dura un pestañeo. Tan sólo te voy a pedir una última cosa más.

Imagina que dentro de unos años encuentran este blog un grupo de amigos colgadísimos y metidos de droga hasta las cejas. Que leen la teoría del mundo real y mundo imaginario y deciden escribir un libro. Imagina que ese libro, dos mil años después, se ha convertido en lo más vendido y extendido de la historia de la literatura y que desde el día que ellos decidan que yo nací, comienza un nuevo calendario. Nuevos ritos. Nuevos pensamientos y todo ser humano decide -o no- idolatrar al escritor de unos colgaos.

Imagínalo.

Esa, es mi teoría de la religión.

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