domingo, 6 de abril de 2014

Curiosamente

Era se una vez una señora viviendo en un balcón donde dormía viendo la luna y veía cada amanecer. Donde soñaba, comía, meaba y a veces follaba. Una señora que no tenía muy claro dónde vivía pero sabía que algún día iba a salir de donde fuese. 

Sus únicas vistas las cortinas del salón de los vecinos y frente al balcón, un edificio blanco que en verano daba sombra. 

Veía ventanas, alguna carretera y gente que a veces subía o bajaba las persianas. Pedazos de mierda de los demás. 

Veía llover y se mojaba.

Un buen día quiso saber cómo era la habitación de cada una de las ventanas que veía desde su balcón y ahora está muerta. 

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Palabra a Palabra.

Me gusta pensar que atentaré contra el mundo con palabras.
Que alguna fría mañana vendrán a detenerme.

Me gusta pensar que atentaré viendo llover desde la cárcel.
Que cada acento, cada coma, cada punto será un muerto.

Me gusta pensar que no en vano, otros contarán mi historia.
Y así, como quien narra una leyenda, inmolarán recitando la inútil historia de un suicida.


Palabra a palabra. Bomba a bomba. Cambiando el mundo.

jueves, 9 de mayo de 2013

Recuerdo mi propia muerte.

Aún recuerdo cuando escribía.

Cuando imaginaba cualquier situación posible y la exponía ante mis propios miedos esperando que alguien fuese capad de sentirse identificado con el personaje.

Aún lo recuerdo.

Recuerdo amargo. Si soy sincero.

Pues ahora ni de follarme al personaje soy capad.

Merezco la muerte. Sin miedo. Sin juicios.

lunes, 1 de abril de 2013

El colmo de nuestra relación.

Tras dos años viviendo juntos, resultó ser todo mentira.

Dos años. Dos jodidos años.
No fueron cuatro días, ni tres meses, ni si quiera año y medio. DOS AÑOS.

Dos años decisivos para mi vida y en los que cada fin de semana deposité en ella toda mi confianza. Y no es que entre semana ni la mirase, es simplemente no tenía tiempo y ella no quería molestar.

Dos años a los que dediqué en la relación todo lo que un hombre puede dedicar en el amor. Jugamos, reímos, lloramos... Incluso a veces pensaba que me comprendía.
Hemos vivido tanto juntos que si hago memoria puedo recordar cada sonrisa que tumbado en el sofá he esbozado mirándola. Puedo hasta volver a repetir cada gesto. Y por qué no decirlo... Cada paja.

Y ahora resulta que me llaman del Corte Inglés y me dicen que se le ha acabado la garantía. Que tenga cuidado y si le pasa algo, será responsabilidad mía.

Histérico colgué el teléfono. Encendí la jodida televisión y ¡qué sorpresa!. No funciona.

Sinceramente; no se que más hacer por ella.

-Le compré el último Reproductor Blu-Ray del mercado para que estuviese a la moda.
-Le conecté la Play Station 3. La Xbox y una puta Wii. -Y aún había días que decía estar cansada y no quería jugar-.
-Le diseñé y pagué una estantería a su medida.
-Le facilité el acceso a internet, luz y cable.
-Le pagué una jodida reducción de estómago sólo para que no la llamaran "la caja tonta".

¡Si hasta tenía sonido dolby surround 5.1!

Y ya veis. Tras dos años, me ha decidido abandonar.

Pues sabes que te digo estúpida e incompetente máquina de hacer dinero; ojala termines de telecroma para un tarot a las tantas de la madrugada y espero, por mi bien, tener la suerte de no verlo nunca.

Atentamente: Un iluso consumista más.





domingo, 24 de marzo de 2013

Muerte a tu antiguo yo.

Vuelves al pasado y en un oscuro rincón de tu amargada vida; te observas llorando, triste y desolado.
Pero pronto te das cuenta de que ese ya no eres tú. Y libre, disparas a quemarropa lo más cerca de su corazón que el acelerado pulso del latir te lo permita. Y muere. Mueres.

Vuelves al presente y ahora si, por fin, dispones tu cuerpo a vivir lo que pueda pasar sin pensar en lo que pasó.